AL OTRO LADO DE LA HAMACA

Si, estoy celosa. No porque la tengas ella si no porque ella te tiene a ti.

Me encanta trabajar de Periodista. Estoy aprendiendo. Esa parte de mi vida, es perfecta.

Descansar la mente. Ese era mi plan de esta semana. Pero no aguanto, no puedo estar sola aquí e intentar disfrutar de ¿qué?. No se no tengo ganas. Hoy tal vez me de por vencida y arranque de aquí. El sol es lo único que tengo hoy, y yo no desperdicio las cosas, así que voy a ello.

Me pondría a escribir y no pararía nunca. No se sobre qué, solo se que no pararía... Raro, raro porque yo soy más de hablar. Pero lo estoy dejando. Ya no me atrevo a decir todo lo que siento, lo que se me pasa por la cabeza. Ahora pienso y digo, ostias! he madurado!. Pero ¿esto es madurar?, no me gusta. Quiero poder seguir diciendo lo que pienso a quien sea. Que me gusta, que no me gusta, que le quiero, que ya no, que estoy a gusto, que necesito un abrazo, que iría a tirarme al agua y me quedaría allí un rato, sin salir, ni abrir los ojos. Decir que hace 4 días que no me peino y que las 2 cañas que me he tomado me han sentado mal, o demasiado bien. Empezar a trabajar supone ponerte a prueba, cada día, para mi la prueba consiste en que mi salidas veloces de decir todo lo que se me pasa por la mente han de contenerse. Y lo personal, lo personal no existe.

Lo menos frecuente en este mundo es vivir. La mayoría de la gente existe, eso es todo.