Lo sabía

Lo sabía

El levante llegó sin previo aviso y las toallas salieron volando un segundo antes de que lo hiciera la sombrilla. Diego y yo salimos corriendo a por ellas antes de que mataran a alguien. Cuando ya teníamos todo en su sitio y reorganizamos el chiringuito que teníamos allí montado, no encontraba el libro que había dejado apoyado antes de levantarnos… 

Llevaba toda la semana leyendo, de nuevo, una de mis novelas favoritas: ‘Llámame por tu nombre’ en la que está basada la película homónima y que veo y veo sin parar. 

En ella uno de los protagonistas comenta : Existe una ley en algún lugar que dice que cuando una persona piensa en otra, es inevitable que la otra no lo haga también’.


Y pensé: Tal vez si pienso mucho en el libro aparezca… pero esta vez, no fue así. 


Nos fuimos de la playa unas horas después, sin haber encontrado el libro. Era buscar una aguja en un pajar…Hacía tanto viento... Así que nos marchamos, sin más, y me fui con una pena inmensa de allí. 


Ese libro que tantas veces me había leído en diferentes épocas de mi vida tenía notas, palabras subrayadas… sabía perfectamente donde estaba arrugado y manchado de café. Era parte de mi vida y siempre aparecía cuando más lo necesitaba. 

 

Me acuerdo que una vez, cuando Diego y yo estábamos empezando a quedar, llevábamos tan solo 3 meses y de repente me dejó. Me dijo que le gustaba pero que no quería tener nada serio conmigo. Y eso me destrozó. Me dejó 4 días inservible y yo nunca antes había estado así. Teníamos 20 años e íbamos juntos a la universidad y cada vez que le veía por el pasillo me echaba a llorar. 


Pero esta novela apareció en mi vida y la leí sin parar durante tres días. Esa frase me la subraye en amarillo fosforescente:  : Existe una ley en algún lugar que dice que cuando una persona piensa en otra, es inevitable que la otra no lo haga también’. ¿Tal vez era verdad? ¿Si yo pensaba mucho en él, él pensaría en mí? Así que no pare. Era lo primero que hacía por la mañana y lo último que hacía por la noche. 


Un mes después, ya casi cuando pensaba que era imposible y me iba a obligar a olvidarme de él, me escribió. Ese fue el principio de nuestra historia, habían pasado 13 años…


Cuando volvimos de la playa a  Verona, a nuestra casa, Diego me llamó y me dijo que quería cambiar de vida. Que lo que habíamos construido le aburría y que creía que era lo mejor para los dos. 


Lo supe, en cuanto perdí el libro, en cuanto clavamos la sombrilla de vuelta en aquella playa. Lo había perdido.


Comentarios

Entradas populares de este blog

LOS ANGELES